Emociones, no siempre vienen como quieres ni cuando quieres.

¿No os ha pasado "alguna vez" que necesitando energía y altas dosis de motivación o al menos de concentración y persistencia para terminar o entregar un proyecto a tiempo, han aparecido emociones de tristeza o sentimientos de desidia, nostalgia, frustración, inapetencia, desmotivación y desgana?

Bien, pues os informo de que todas esas emociones no quieren jorobarnos la existencia ni hacernos dudar de nuestra capacidad de autogestión o profesionalidad...

 

Vienen a informarnos de que "algo" no va como debería o al menos como esperabas a estas alturas.

 

Puede ser que hubieras pensado en empezar antes con esa tarea o proyecto para no verte ahora con las prisas, o quizá te hayan ocurrido pequeñas o grandes situaciones en tu día o recientemente que requieran de tu atención (un "no" de alguien a alguna propuesta que puede parecerte que no tiene tanta importancia pero la tiene, que el médico no dé con lo que te pasa con los vértigos, que una iniciativa no vaya por el mejor de los rumbos, que no estés consiguiendo los resultados que esperabas con la decisión que tomaste hace tiempo y estés pensando en cambiar de rumbo, que alguien que te importa lo esté pasando mal...).

Por todo ello, están llamando nuestra atención para que dediquemos unos momentos presentes a profundizar en lo que nos pasa a nivel experiencial y emocional, que atendamos esas emociones que estamos sintiendo, y que "bicheemos" acerca de lo que pensamos sobre lo que nos pasa.

Probablemente acabemos dándonos cuenta de que tenemos la incapacitante creencia de que si las cosas no van como queremos y no obtenemos los resultados que buscamos, que no valemos lo suficiente o que quizá dudamos sobre si nos lo merecemos... ¿Te ha dolido algo al leer esto?... ¡Bien! Porque estás más cerca de aliviar este malestar.

 

 

Todos tenemos creencias limitantes que nos provocan sentimientos desagradables.
La clave está en identificarlas!! 

 

Te propongo para ello:

  1. Que cojas bolígrafo y papel y que hagas un listado sobre todas las cosas que preocupan tu mente y las que te han sucedido desde ayer a hoy. Todas, ¿eh? Date el tiempo que necesites... Lo estás invirtiendo en ti ;)
  2. A continuación, pregúntate, para cada situación y/o pre-ocupación (preocuparte antes de que las cosas ocurran lo mismo no es tan eficaz como piensas, o a lo mejor no lo piensas): ¿qué temo de esto que me está pasando o ha pasado? ¿Temo no ser capaz de conseguirlo? ¿Estoy más orientado al objetivo que al disfrute del camino? ¿Estoy viviendo con prisas y sin saborear el momento y sin ver las oportunidades que hay a cada instante de vivir las cosas de manera distinta y elegida? ¿Tengo miedo a no sentirme capaz¿ ¿De no valerme por mí mism@? ¿De no lograr ser independiente? ¿De estar haciendo las cosas por motivos que no quiero tener o al menos que guíen mi vida porque no son mi valores reales? ¿Miedo de estar equivocándome?

 

Lo más natural es que estemos sintiendo esa emoción, la de MIEDO (pinchad enlace para leer otro post) y que no la estemos reconociendo y por lo tanto nos esté controlando en lugar de gestionarla nosotros a ella... ¡Bienvenid@ al autoconocimiento emocional! Identificar qué estamos sintiendo, es el primer paso para poder gestionar la emoción y sus expresiones para que nos lleven a donde queremos estar y a como queremos sentirnos, no a quitarnos fuerzas, energías y motivación.

 

 

La emoción del miedo es muy potente y poderosa y por lo tanto muy necesaria de tener identificada para que no nos bloquee, incapacite o secuestre en momentos determinantes en nuestras vidas, ¡o incluso años y décadas! Tranquil@, hay solución y pasa por apoyarte en profesionales (psicológ@s, coaches expertos en Inteligencia Emocional), vivir un taller intensivo de Inteligencia emocional de 5C (como los que publicito en mis redes sociales profesionales), atreverte a hacer algo nuevo que te guste que te saque de ese estado y te haga sentir capaz.

 

Conforme hayas ido haciendo el ejercicio que te he propuesto de anotar y hacerte preguntas, habrás ido dándote cuenta de algunas claves interesantes y a partir de ahí, habrás sentido más energía y retomado las fuerzas para seguir haciendo lo que tengas que hacer. Una parada a tiempo para afilar el hacha, como bien decía Stephen R. Covey, ¡vale más que mil hachazos! Os dejo un vídeo donde lo explica él mismo ;)

 

Un grandísimo abrazo a tod@s y espero que os sea de utilidad,

 

Deja un comentario

Todos los comentarios serán revisados antes de ser publicados. Gracias por aportar.